En los últimos años, a pesar de la crisis económica y de no contar con ayudas públicas, el sector de las dos ruedas ha propiciado un aumento de las matriculaciones de motos nuevas gracias a la activación de atractivas campañas promocionales. Y si bien puede afirmarse que, actualmente, se comercializan modelos aptos para todos los bolsillos y necesidades, no es menos cierto que todavía son muchos los establecimientos dedicados a la venta de vehículos de segunda mano.
Sin duda, adquirir una moto o un scooter de ocasión es una interesante alternativa para aquellos que no dispongan del presupuesto necesario para comprar un vehículo nuevo o no deseen realizar una gran inversión económica. Y también para quienes, por inexperiencia, opten por curtirse en un vehículo de segunda mano, sin olvidar a los aficionados que llevan años detrás de un modelo concreto. Si este es tu caso, toma nota de los siguientes consejos antes de “rascarte” el bolsillo
¿Para qué vas a utilizar tu moto de segunda mano?
No te dejes llevar por el impulso. Puede que delante de ti tengas el modelo de tus sueños o una moto con un precio “regalado”. Pero, ¿realmente es lo que necesitas? Haz valer el sentido común y piensa para qué quieres el vehículo. Si es para desplazarte habitualmente por ciudad, valora adquirir un scooter aunque que te “ponga” más una “naked” o una motocicleta con carenado deportivo.
Compara precios
Una vez que tengas claro el modelo que deseas comprar, es necesario que el mismo se ajuste a tu presupuesto. Interésate por su precio preguntando en varios establecimientos especializados en vehículos de ocasión y también realizando búsquedas por Internet. De esta manera, sabrás si la cantidad económica que te piden por él está en sintonía con el mercado de segunda mano. En el caso de que esté por encima, házselo saber al vendedor; de esta forma, podrías conseguir un ventajoso descuento.
Elige un establecimiento de confianza
Seleccionar a quién se compra el vehículo es esencial por si, después de adquirirlo, tuvieses que realizar alguna reclamación o reparación. Como primera opción, decántate por concesionarios o servicios oficiales. Además del “stock” de modelos nuevos, suelen tener motos y scooters de ocasión, en la mayoría de los casos con pocos kilómetros, perfectamente revisados y con garantía oficial.
Lógicamente, también puedes optar por un establecimiento especializado en la venta de motos de segunda mano. Procura que sea serio y responsable. Habla con sus profesionales, para ver si te transmiten confianza, e intenta recabar la información de otros motoristas para conocer su opinión.
Por último, siempre te quedará la posibilidad de comprar el vehículo a un particular. En este supuesto, si no eres un especialista en mecánica, solicítale, además de probar la moto, que la misma sea revisada en un taller. Así podrás hacerte una idea más aproximada de su estado.
Inspección del vehículo
Independientemente del canal elegido para comprar una moto, pero sobre todo si esta operación se realiza entre particulares, examina cuidadosamente el vehículo.
- En primer lugar, echa un vistazo a la carrocería o al carenado. Los arañazos o raspones son señal de que el propietario de la moto o del scooter no ha sido muy cuidadoso o ha sufrido alguna caída. Pero si estas partes lucen impecables, no te confíes y sigue inspeccionando...
- Verifica las juntas de los plásticos, sobre todo en los scooters. Deben encajar a la perfección; si no es así, es probable que su estado se deba a una caída.
- Haz lo propio con los retrovisores, los contrapesos y las manetas, especialmente sensibles a los golpes.
- En las motos, sobre todo en las deportivas, presta atención a cómo se encuentran tanto las estriberas como los avisadores. Su deterioro significa que el propietario ha practicado una conducción “racing” o que el vehículo ha acabado arrastrándose por el suelo.
- Tampoco dejes de comprobar el escape. No ha de estar oxidado y debe ser el original. De lo contrario, solicita el correspondiente certificado de homologación y asegúrate de que cumple con la normativa de emisiones acústicas para evitar posibles sanciones.
- En el repaso al vehículo, no olvides revisar los bajos y, por supuesto, los neumáticos, ya que son el único nexo de unión entre el vehículo y el asfalto –o la tierra si vas a practicar “off road”–. Si presentan alguna irregularidad o el dibujo de su banda de rodadura está desgastado, solicita su reemplazo o que el precio del mismo sea descontado del que piden por la moto, ya que, posteriormente, serás tú quien deba correr con el gasto de unas cubiertas nuevas. Y ya que compruebas el estado de las gomas, confirma que las llantas no están deterioradas.
- En el capítulo de la seguridad, también es importante comprobar el estado de los frenos. Un buen recurso para verificarlo es pasar los dedos por los discos y cerciorarse de que su superficie está plana y no presenta surcos. Y ya puestos, observa el desgaste de las pastillas. En este apartado, como en el de los neumáticos, no te la juegues y exige el reemplazo de cualquier pieza si es necesario.
- Otro elemento que has de considerar es la suspensión, pues de su estado dependerá que el vehículo sea más o menos estable. Tanto la horquilla delantera como el amortiguador trasero deben cumplir su función de forma suave y no perder aceite.
- Y en la revisión no olvides asegurarte del correcto funcionamiento de los grupos ópticos, la instrumentación o el claxon. En el cuadro de mandos verás reflejado el número total de kilómetros. Si el establecimiento o el particular que vende la moto son de confianza, no debería estar manipulado.
- Si todavía te surge alguna duda, no temas en preguntar al vendedor, sobre todo si se trata de un particular, por qué vende la motocicleta o el scooter. Intenta recabar toda la información posible del uso que se le ha dado al vehículo y pide que te muestren el libro de mantenimiento del vehículo.
- Seguidamente, solicita probar la moto. Al fin y al cabo, puede que se trate de tu nueva compañera de aventuras. Antes de circular con ella, déjala al ralentí durante unos minutos y comprueba que el mismo se mantiene constante. Además, observa si el motor registra alguna pérdida de líquidos y si el escape emite humo sucio.
- Por último, súbete al vehículo, asegúrate de que te adaptas bien –el asiento es otro de los elementos a valorar– y haz un recorrido por los alrededores, tanto en tramos urbanos como de carretera, para examinar su capacidad de aceleración, cómo responde la dirección o si el equipo de frenos realiza su trabajo de forma eficaz.
Trámites y garantía
Si finalmente consideras que se trata una compra interesante y optas por adquirir la moto de segunda mano, negocia el precio si durante la prueba del vehículo has detectado alguna anomalía o si al mismo le queda poco tiempo para pasar la Inspección Técnica de Vehículos (ITV). Exige al vendedor que demuestre que todos los papeles están en regla y que la moto no tiene deudas pendientes –desde el pago de un impuesto hasta sanciones económicas por multas de tráfico–.
Y cuando llegues a un acuerdo con el vendedor, no hagas ningún desembolso económico por adelantado a no ser que sea de confianza. Lo suyo es que tanto la entrega del vehículo como el pago sean simultáneos y que exijas una factura por dicho concepto.
Además, un contrato de compra-venta te será de utilidad para tramitar el cambio de nombre de la moto, ya sea personalmente en las jefaturas provinciales de la Dirección General de Tráfico (DGT) o a través de una gestoría. Esta última opción es más cara pero te ahorrará tiempo y papeleo.
Igualmente, deberás tener en cuenta la garantía. Como hemos comentado anteriormente, si adquieres un vehículo de segunda mano en un concesionario o servicio oficial, es posible que te beneficies de la garantía del fabricante, si no en su totalidad, al menos en parte. En cualquier caso, tanto en este tipo de establecimientos como en los especializados en motos de ocasión, la garantía mínima ha de ser de un año.
Asegúrate de que la misma queda reflejada en un documento en el que se detalle tanto la fecha de adquisición del vehículo como la cobertura de la garantía. Te evitará problemas y quebraderos de cabeza si te ves obligado a reclamar.
Pero las cosas se te pueden complicar si has comprado la moto a un particular, ya que, por ley, no está obligado a garantizarte el vehículo por un tiempo determinado. Como mucho, dispondrás de un periodo de seis meses para poder realizar alguna reclamación; eso sí, presentando una denuncia y demostrando que la moto tenía “vicios” o defectos ocultos. Si vas a adquirir un vehículo a un particular, procura que sea un familiar o un amigo y pacta con él que afronte el pago de posibles reparaciones que puedan surgir en el tiempo que estipuléis.
Contratación de un seguro
Antes de disfrutar de tu moto o scooter de ocasión, recuerda que, en su artículo 1, la “Ley sobre responsabilidad civil y seguro en la circulación de vehículos a motor” deja claro que “el conductor de vehículos a motor es responsable, en virtud del riesgo creado por la conducción de estos, de los daños causados a las personas o los bienes con motivo de la circulación”.
Y en su artículo 2, la citada norma especifica que “todo propietario de vehículos a motor que tenga su estacionamiento habitual en España estará obligado a suscribir y mantener en vigor un contrato de seguro, por cada vehículo del que sea titular, que cubra, hasta la cuantía de los límites del aseguramiento obligatorio, la responsabilidad civil a que se refiere el artículo 1”.
En definitiva, no podrás circular con tu moto de segunda mano sin el correspondiente seguro. Si tienes alguna duda al respecto, en AMV podrás consultar tu presupuesto personalizado y contratar online, incluso si se trata de un vehículo clásico, en solo 2 minutos, de forma rápida y sencilla, sin moverte de casa. Desde la modalidad básica hasta un seguro a todo riesgo.
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