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Baterías de moto: tipos, mantenimiento y características  


Publicado el 17/03/16

Más de la mitad de las llamadas que realizan los motoristas a los servicios de asistencia tienen que ver con las baterías de su moto. Analizamos los tipos existentes en el mercado y repasamos una serie de consejos prácticos que se deben tener en cuenta sobre su adquisición y mantenimiento.

batería de moto (fotolia)

Sobre los consejos relativos a la puesta a punto de la moto, encontraréis numerosos artículos en los que se hace mención a los neumáticos –junto a los frenos, esenciales en el capítulo de la seguridad al ser el único nexo de unión entre el vehículo y el asfalto–, el nivel del líquido refrigerante y del aceite, las suspensiones, la transmisión, los grupos ópticos, etc.

Y sí, ciertamente, del buen estado de todo lo mencionado, además del motor, dependerá que nuestra moto no nos “traicione”, dejándonos “tirados” durante un desplazamiento por ciudad o un viaje en carretera.

Pero, además de los citados, existe un componente básico que suele quedar en un segundo plano, cuando, precisamente, juega un papel vital en el correcto funcionamiento de la motocicleta: la batería. Se trata de una pieza clave, ya que, en la actualidad, son muchos los elementos de la moto que dependen de la electrónica. Por ello, es esencial que se encuentre en perfectas condiciones.

De cara, sobre todo, a los lectores que se inician en el apasionante mundo de las dos ruedas, repasamos los tipos de baterías de moto existentes en el mercado.

 

Baterías de moto clásicas con mantenimiento

Las denominaremos “clásicas” al tratarse de las baterías de motode toda la vida” –lo cual no significa que duren para siempre…–. Las distinguiréis porque en la parte superior cuentan con unos tapones que, periódicamente, deben retirarse con el objetivo de comprobar el nivel del electrolito –mezcla de ácido sulfúrico y agua destilada– que se encuentra en su interior. Si el mismo está próximo a la cota mínima, habrá que reponer el líquido con agua destilada –que es la que se evapora–, pero nunca con agua corriente del grifo, ya que la misma contiene sales y minerales que podrían interferir en las reacciones químicas y dañar las placas.

En el caso de que seáis vosotros mismos quienes os ocupéis de verificar el nivel del electrolito, debéis saber que el agua destilada puede adquirirse tanto en establecimientos especializados en recambios como en supermercados, puesto que dicha solución también se emplea en pequeños electrodomésticos como las planchas de vapor.

Al realizar dicha operación, es importante que la misma se lleve a cabo con el motor apagado y la batería en posición vertical. Aseguraos de contar con unas gafas para evitar que, al retirar los tapones, el líquido que contiene el interior pueda salpicaros en los ojos. Igualmente, se han de utilizar guantes y ropa vieja, ya que hablamos de un ácido corrosivo capaz de provocar daños en la piel o en cualquier material textil. Y por último, si sois fumadores, no es conveniente encender un cigarro mientras hacemos la operación. Tened en cuenta que, una vez destapadas, las baterías de moto desprenden gases y podría producirse una reacción peligrosa.

Teniendo en cuenta que es aconsejable revisar el estado de la batería cada seis meses o 5.000 kilómetros, lo suyo es que deleguéis su mantenimiento a los profesionales de un centro especializado, quienes se encargarán de reponer el líquido necesario con total seguridad.

 

Baterías de moto sin mantenimiento

Además de las baterías convencionales, existen las denominadas sin mantenimiento, divididas, básicamente, en dos: las de ácido y las de gel. En el caso de las primeras, fabricadas con separadores “Absorbed Glass Mat” (AGM) de fibra porosa para inmovilizar el líquido en su interior, son similares a las clásicas que hemos analizado en el primer apartado, pero se diferencian de ellas en que, una vez llenados los vasos de electrolito, quedan cerrados y, por lo tanto, no requieren mantenimiento. Para que ello sea así, los elementos químicos de las placas, compuestas de aleaciones de calcio, generan el líquido necesario, convirtiendo a estas baterías en muy prácticas.

Y por lo que respecta a las de gel, herméticamente selladas de origen, podrían equipararse a una pila, ya que se comercializan listas para su instalación. Y como las anteriores, pueden colocarse en cualquier posición, ya que no hay peligro de que el líquido –en este caso una especie de masa sólida como la gelatina– salga hacia el exterior. De manera especial, estas baterías son indicadas para motocicletas de pequeña y mediana cilindrada.

 

6 Consejos a tener en cuenta

1. Si tenéis que cambiar la batería de vuestra moto, lo mejor es que acudáis al concesionario donde la habéis adquirido o a un centro que os ofrezca la máxima confianza. A tenor del modelo, su cilindrada y el número de componentes que vayan a alimentarse de energía, los profesionales os recomendarán el tipo de batería más apropiado y se encargarán de su correcto montaje. Por ejemplo, a las baterías de moto con mantenimiento hay que conectarles un tubo al respiradero para expulsar los gases provocados por la reacción química.

 

2. Durante la vida útil de la batería, como hemos comentado anteriormente, es preciso revisar el nivel del electrolito (si es un modelo con mantenimiento)  Si no contáis con uno, solicitad en vuestro taller de confianza que hagan dicha verificación cuando acudáis al mismo para poner la moto a punto.

 

3. Para un buen estado y carga de las baterías de moto, los bornes juegan un papel fundamental. Con el motor apagado, y una vez quitados, por este orden, los conectores negativo (–) y positivo (+), tanto éstos como los bornes, en el caso de estar sulfatados, deben rociarse con una mezcla de bicarbonato de sodio y agua. Cuando la misma haya actuado, la suciedad acumulada se ha de quitar frotando un cepillo, por ejemplo, uno dental o para la limpieza de las uñas que ya no utilicéis. Y una vez secas, las superficies tratadas deben cubrirse con vaselina. La operación se completa conectando los conectores de los bornes a la inversa: primero el positivo (+) y luego el negativo (–).

 

4. En el supuesto de que utilicéis poco la moto, para mantener la batería en buen estado no es suficiente mantener el vehículo arrancado durante cinco minutos. Con esta acción, lo único que conseguiréis es “mover” el motor y que el aceite que lo lubrica funcione a una temperatura óptima. Para que la batería cobre “vida”, realizad con la moto un recorrido de, al menos, un cuarto de hora.

 

5. En caso de dejar la moto aparcada durante un largo periodo de tiempo, por ejemplo, si no la vais a conducir en los meses invernales, lo mejor es que desmontéis la batería y que, durante el tiempo que esté desconectada, la carguéis una vez al mes para aseguraros de que seguirá siendo útil cuando volváis a montarla.

 

6. Para dicha operación es recomendable contar con un cargador “inteligente”, así evitaréis tener que “comeros” la cabeza a la hora de recargar la batería. Si, por el contrario, disponéis de un cargador normal, lo suyo es cargarla a una décima parte de su capacidad durante unas 10 ó 12 horas. Este periodo es más indicado que un proceso de carga rápida.


 

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