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Seguridad en moto: la importancia de ser visible    


Publicado el 07/04/15

Nunca está de más insistir en la importancia de que se nos distinga bien cuando vamos en moto. Son numerosos los puntos a tener en cuenta para conseguir seguridad en moto y, en su mayor parte, fáciles de cumplir. Aquí, recordamos los más importantes.

Dos motoristas con chaleco.

Primero, los datos

En carretera, el accidente más común es la salida de la vía por exceso de velocidad o pérdida de adherencia. El motivo tiene más que ver con la falta de concentración y las distracciones que con la mayor o menor visibilidad de la moto.

En ciudad, el siniestro más habitual es el choque contra un coche en rotondas, intersecciones o contra puertas que se abren de repente. En estos casos, el motociclista raramente es el culpable. La causa suele ser la falta de percepción de la moto por el entorno de coches que la rodea.

Después, las soluciones  

En un sistema de tráfico dominado por coches, camiones, autobuses y furgonetas, la seguridad activa depende de nosotros y nos obliga a tener en cuenta dos aspectos clave: pilotaremos nuestra moto como si fuéramos invisibles y no confiaremos en el comportamiento de los vehículos a nuestro alrededor.

Evitar los puntos muertos. Circular a la altura de la rueda trasera de un coche o hacerlo a escasa distancia es tentar la suerte. El retrovisor delantero o la luna posterior pueden crear puntos ciegos, impidiendo la visibilidad de la moto.   

- Puerta abierta. Rodar junto a una fila de coches aparcados en línea es una ruleta rusa. Si una puerta se abre de improviso, para evitar el golpe tendremos que actuar con anticipación. Es imperativo circular por la zona más alejada de la vía, reducir la velocidad e intentar cambiar de carril.  

- Cruces. Son la mayor amenaza. Evitaremos circular en paralelo a un coche cuando se acerca un cruce, pues la “ley de invisibilidad” puede llevarnos a sufrir un percance. No esperaremos un intermitente, sino que actuaremos como si todos los automóviles que nos preceden o están a nuestra altura fueran a girar sin avisar.

- Rotondas. Casi todo el mundo las traza mal. Al ser la moto la parte más débil del tráfico, aunque tengamos razón siempre deberemos ceder el paso. En teoría, son muy fáciles: al incorporarnos, la preferencia es del que ya está adentro y la salida se toma por el carril exterior. Nunca abandonaremos la rotonda desde el carril interior. En caso de duda, es preferible hay que dar una vuelta completa antes que jugárnosla.   

- Vías rápidas. Es importante ampliar la distancia de seguridad y circular por el centro del carril. Aunque vayamos más lento que el resto, nunca nos apartaremos del centro.

- Tocar frenos. Sobre todo en vías rápidas, hay coches que van pegados al sillín del motociclista. Como medida de seguridad, tocaremos los frenos levemente para advertir al conductor, reduciremos la marcha con suavidad y cambiaremos de carril.

Luces y equipamiento seguro

La seguridad activa tiene tanto que ver con el manejo de la moto como con el correcto funcionamiento de todos sus elementos mecánicos y de las luces. Por supuesto, es obligado llevar la luz de cruce siempre encendida y tener bien limpia la trasera.

Reforzará también nuestra visibilidad llevar un casco y equipamiento de colores vivos con zonas reflectantes, tanto en invierno como en verano.

Seguridad pasiva. Se refiere a los factores que actúan en el momento de producirse el accidente y que contribuyen a minimizar el daño. Es vital equiparse con una buena chaqueta y pantalón con protecciones en hombros, codos y rodillas.

Unos guantes de kevlar resistentes a la abrasión y un casco integral serán unos buenos aliados. Los chalecos y chaquetas con airbag son también una opción efectiva. Se hinchan en menos de una décima de segundo y protegen, sobre todo, cuello y espalda del primer golpe.