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Para que la conducción urbana sea lo más segura posible y para que estemos bien preparados ante cualquier imprevisto, debemos prestar especial atención a nuestra postura encima de la moto. Cuando conducimos, solemos tensarnos y asumir posiciones rígidas, apretando muy fuerte el manillar y tensando las piernas. Esto no ayuda en situaciones que requieren una reacción rápida ante cualquier obstáculo.
Además, cuando realizamos trayectos largos, es recomendable estirar los brazos y la espalda de vez en cuando, para evitar dolores que puedan poner en riesgo la buena conducción.
La conducción urbana está llena de obstáculos e imprevistos, por lo que debemos estar siempre alerta, para afrontar con seguridad los peligros de la carretera que se nos puedan presentar.
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AMV, el seguro de los que pensamos con el casco.
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