¿Cómo evitar averías en el embrague del coche?
Publicado el 09/05/18
¿Sabías que los malos hábitos al volante pueden acabar estropeando el embrague del coche? Si deseas evitar la avería de uno de los elementos esenciales en el funcionamiento de un automóvil, toma nota de los siguientes consejos.
Como hemos visto en el post “Transmisión o cambio manual – ventajas y desventajas”, los coches manuales son los más demandados del mercado. Y ello es así porque, entre otros motivos, existe una mayor oferta en los concesionarios, sus precios suelen ser inferiores a los de los automóviles automáticos, el consumo que registran es inferior al de estos últimos y el precio del seguro también es menor.
Además, las cajas de cambio manuales tienen fama de ser más duraderas y, en comparación con las automáticas, su mantenimiento y reparación son menos costosos. Pero tendremos que ser especialmente cuidadosos y no someter a la caja de cambios ni al embrague a sobreesfuerzos innecesarios. De no ser así, la avería estará asegurada. Y no será precisamente barata…
En el caso del embrague, si todavía no eres consciente de la importancia que tiene en el funcionamiento de un coche, debes saber, a grandes rasgos, que, en sintonía con la caja de cambios, es un mecanismo esencial para transmitir la fuerza del motor a las ruedas motrices. De ahí la importancia de que se encuentre siempre en perfecto estado.
Y si bien es cierto que no estamos exentos de tener la mala suerte de adquirir un coche con un embrague defectuoso de fábrica, no lo es menos que, por lo general, el kilometraje, una conducción urbana intensiva –que aumenta la fricción y el estrés– y, sobre todo, los malos hábitos al volante son los factores que acaban pasándole factura a un elemento esencial.
¿Cómo puedo saber si el embrague del coche está fallando?
Si eres un conductor novel y no tienes mucha experiencia al volante, es probable que no llegues a advertir cuándo puede empezar a fallar el embrague de tu coche manual. Al respecto, el desgaste suele manifestarse a través de una serie de síntomas que es preciso conocer y percibir. Indicios que te alertarán de la gravedad de la situación para que acudas cuanto antes al taller. De lo contrario, podrías quedarte tirado en cualquier momento…
• Uno de esos síntomas es que al pisar el pedal del embrague se nota que no va tan suave como en otras ocasiones. Coloquialmente, suele decirse que el pedal del embrague está duro. Y el problema puede radicar en el cable de accionamiento, el sistema hidráulico o incluso el disco. Independientemente del motivo, es una señal de que algo está fallando...
• Otro indicio claro es que no pueden engranarse bien las marchas o que al hacerlo “rascan”, provocando un ruido desagradable.
• También podría suceder que, por desgaste, el embrague patinase sobre el volante del motor. Aquí estaríamos hablando de una avería por deslizamiento. Uno de los principales síntomas que nos indican que el embrague patina es cuando una subida de las revoluciones del motor no se traduce en una mayor velocidad del vehículo.
• Igualmente, otra señal de un mal funcionamiento del embrague es el olor a quemado, fruto del problema anterior o por un sobrecalentamiento debido a un uso intensivo o una mala utilización del pedal.
• Y, además, no deben pasarse por alto los ruidos que puedan producirse al pisar el pedal del embrague. Por insignificantes que puedan parecer, es conveniente hacérselo saber a un mecánico experto.
¿Es posible alargar la vida útil del embrague del coche?
La respuesta a dicha pregunta es afirmativa. Efectivamente, podemos evitar algunas de las averías más frecuentes del embrague de un coche manual. Al menos, las provocadas por los malos hábitos que, muchas veces de forma inconsciente, ponemos en práctica cuando conducimos. Como en todo, ser cuidadosos nos permitirá disfrutar más tiempo de nuestro automóvil con seguridad y ahorrarnos un buen dinerito en reparaciones. ¡Toma nota!
• Puesto de conducción. Para empezar, recordarás que en la autoescuela te enseñaron que los reglajes del asiento son muy importantes para accionar correctamente los pedales del coche. ¿Verdad? Pues bien: no adoptar una postura correcta puede influir negativamente en tu seguridad y en la del resto de ocupantes de vehículo. Y en elcaso concreto del pedal del embrague, un accionamiento incorrecto provocará, además, una avería.
• Las cubiertas de los pedales, en buen estado. Es normal que, debido a su uso, los revestimientos de los pedales acaben desgastándose. Cuando adviertas su deterioro, reemplázalos por otros nuevos. Unas fundas cuestan poco dinero y evitarán que la suela de tu calzado resbale al accionar los pedales –entre ellos, el del embrague–, contribuyendo así a prevenir una avería o un accidente.
• Inicia la marcha suavemente. Como hemos comentado en otros artículos de Territorio AMV, al arrancar el motor de un vehículo es aconsejable dejarlo al ralentí durante unos minutos. No tengas prisa. Deja que el propulsor coja temperatura e inicia la marcha soltando el pedal del embrague suavemente, sin brusquedad.
• Accionamiento correcto. Una vez que te incorpores a la circulación, pisa el pedal del embrague a fondo cuando cambies de marcha y evita soltarlo demasiado rápido. Hazlo mejor de forma progresiva. Asimismo, no es aconsejable abusar del acelerador mientras se acciona el embrague.
• Utiliza el reposapiés. Cada vez que levantes el pie del pedal del embrague, no lo dejes apoyado en él. Hay quienes sí lo hacen por vicio o de cara a estar preparados para accionarlo en cualquier momento, pero deberían saber que apoyar de forma continua el pie en el pedal también puede originar una avería en el embrague. Para evitarlo, descansa tu pie izquierdo en el reposapiés –que por algo se llama así…–.
• No abuses del embrague. Ante un semáforo en rojo, un stop o una detención provocada por un atasco, selecciona el punto muerto y pisa el pedal de freno. No hagas como otros conductores que, durante segundos o minutos, engranan la primera velocidad y mantienen pisado el pedal del embrague a la espera de reiniciar la marcha. En situaciones así, conviene utilizarlo lo justo y necesario.
• No “quemes” el embrague en cuestas pronunciadas. En el supuesto de que tu coche carezca de un asistente de arranque en pendientes, no fuerces el embrague en cuestas pronunciadas. Engrana la primera velocidad y al soltar el pedal del freno levanta suavemente el pie del embrague al tiempo que aceleras. Si tienes miedo de que el automóvil se vaya hacia atrás, practica en alguna calle sin tráfico. Además, siempre podrás utilizar el freno de mano como ayuda. El objetivo es que el embrague no se “queme”.
• La mano derecha, mejor en el volante. Si antes hemos visto que no es aconsejable apoyar continuamente el pie izquierdo en el pedal del embrague, lo mismo podemos decir de la mano derecha. Una vez que hayamos cambiado de marcha, debemos soltarla del pomo del cambio. ¡La palanca no se va a escapar, tranquilo! La mano debe estar en el volante por motivos de seguridad y porque apoyarla en el pomo puede provocar desgastes en engranajes y rodamientos. Recuerda: el embrague no podrá llevar a cabo su trabajo eficazmente si la caja de cambios se encuentra en mal estado.
• El mantenimiento, esencial. Y, por supuesto, acuérdate de revisar periódicamente el embrague y la caja de cambios siguiendo los intervalos de mantenimiento indicados por el concesionario o el taller de confianza.
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