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¿Qué revisar en tu coche antes de salir de viaje?  


Publicado el 13/06/18

Durante la época estival se registrarán millones de desplazamientos en las carreteras españolas. Pero antes de realizar un viaje en coche es preciso revisar una serie de puntos. Si no quieres que un imprevisto arruine tus vacaciones, toma nota de los siguientes consejos.

Revisar Coche

Por fin llegó el buen tiempo. Durante los meses de verano serán muchos los conductores que utilicen su automóvil para realizar escapadas de fin de semana y también para disfrutar de las ansiadas y merecidas vacaciones estivales. Estamos, pues, ante la época del año en la que más kilómetros se recorren y cualquier imprevisto puede arruinar nuestro viaje.

Por ello, sobre todo si el vehículo tiene unos añitos, antes de un viaje en coche es preciso revisar sus principales puntos, desde el estado y el nivel de los líquidos hasta la presión de la rueda de repuesto –sí, esa cosa redonda que se encuentra bajo el piso del maletero y de la que no solemos acordarnos hasta que sufrimos un pinchazo–.

Y aunque algunas operaciones de mantenimiento podamos hacerlas nosotros mismos, lo más indicado es acudir con nuestro automóvil a un servicio oficial posventa o un taller de confianza, ya que sus profesionales atesoran más experiencia y, no menos importante, cuentan con los medios necesarios para reparar o sustituir cualquier componente con total garantía.

Además, si somos cuidadosos con el vehículo durante todo el año no tendremos que “rascarnos” demasiado el bolsillo llegado el momento de realizar la puesta a punto, esencial para poder afrontar con seguridad nuestros desplazamientos por carretera en los meses más calurosos del año. Si no quieres quedarte tirado en la cuneta, revisa los siguientes puntos del coche y… ¡buen viaje!

Motor: el “corazón” de nuestro automóvil

Para empezar, es preciso comprobar que bajo el capó está todo en orden, verificando en primer lugar que el motor no presenta ninguna fuga. Esta operación visual también podremos hacerla nosotros mismos después de aparcar el coche en la calle o en la plaza de garaje. Si debajo del vehículo observamos manchas de aceite o refrigerante, debemos comunicarlo en el centro donde llevemos el coche para que subsanen la avería. Y una vez en él, sus profesionales revisarán:

  • El nivel del aceite, sustituyendo este último y el filtro si fuese necesario por exceso de kilometraje o mal estado. Si deseas comprobar personalmente el nivel del lubricante, esta operación debes hacerla con el vehículo situado en un lugar llano y con el motor apagado y frío.

A continuación, saca la varilla del aceite y límpiala con un trapo seco: verás que en su parte inferior hay una referencia de “máximo” y otra de “mínimo”. Seguidamente, vuelve a introducir la varilla en el conducto y extráela de nuevo: lo aconsejable es que el nivel del lubricante se encuentre entre ambas marcas, preferiblemente más cerca del “máximo”. En caso contrario, no intentes compensar la carencia de aceite rellenando el circuito con otro de distinta naturaleza o viscosidad. Deja que esta operación la realice un mecánico experto.

  • El nivel y el estado del refrigerante. Otro elemento esencial para el buen funcionamiento del motor en verano, ya que contribuye a que no se sobrecaliente. Además, un refrigerante en buen estado limpia y protege las piezas del sistema de refrigeración gracias a su alto poder anticorrosivo.

Al igual que con el aceite, para verificar su nivel es necesario que sitúes el coche en un lugar llano y que el propulsor esté apagado y frío. Y después comprueba que el líquido no se encuentra cerca o por debajo de la marca “mínimo” del depósito. Ojo: si tuvieses que rellenar el circuito nunca emplees agua del grifo –en todo caso, agua destilada–, ya que reducirías las propiedades del refrigerante. ¡No lo olvides!

  • El nivel y el estado del líquido de frenos. También con el automóvil en un lugar llano, y el motor apagado y frío, podrás comprobar el nivel del líquido de frenos –como sucede con el refrigerante, su depósito tiene referencias de “máximo” y “mínimo”–. En este caso, tampoco se te ocurra mezclar el líquido de frenos con agua. Lo mejor es que sean profesionales quienes rellenen el circuito y, a través de herramientas como un refractómetro óptico y un testador electrónico, los que te digan en qué estado se encuentra el líquido y si es necesario sustituirlo.

  • Estado de la batería. También en la época más calurosa del año se debe prestar atención a este componente. Gracias a un mantenimiento periódico, como la limpieza de los bornes y la comprobación de su estado de carga, una batería puede durarnos muchos años. Por cierto, en el supuesto de que la batería te deje tirado: ¿sabes cómo arrancar un coche con pinzas?


Una inspección más exhaustiva de los componentes relacionados con el motor nos llevaría a revisar elementos del sistema de encendido –como las bujías o los calentadores–, las correas del alternador y de distribución, los filtros de aire y combustible o el aceite de la caja de cambios –que, en sintonía con el embrague, se encarga de transmitir la fuerza del propulsor a las ruedas motrices–.

Con el “triángulo de la seguridad” no te la juegues…

En la puesta a punto de nuestro coche de cara a los desplazamientos estivales no puede faltar una revisión del denominado “triángulo de la seguridad”. No nos referimos a los triángulos de preseñalización de peligro que debemos llevar en nuestro automóvil, sino a tres componentes importantísimos de la seguridad activa: neumáticos, frenos y suspensiones.

  • Neumáticos. Al tratarse del único nexo de unión entre nuestro coche y el asfalto, deben verificarse periódicamente tanto su estado como la presión. En cuanto al primero, si la profundidad de las ranuras de la banda de rodadura es inferior a 1,6 mm tendremos que cambiarlos por otros nuevos. Para comprobarlo, puedes introducir en las ranuras una moneda de un euro por el canto. Y si el borde dorado queda al descubierto, será señal de que deberás reemplazar los neumáticos.

Asimismo, los signos de envejecimiento, los posibles daños o deformaciones y un desgaste anómalo nos invitarán a cambiar las cubiertas.

Y por lo que respecta a la presión, siempre ha de ser la indicada por el fabricante y lo aconsejable es revisarla con las gomas frías.

Frenos. Como hemos visto anteriormente, en la primera parte de la puesta a punto del coche se debe comprobar el nivel y el estado del líquido de frenos. Y, posteriormente, se ha de hacer lo propio con el resto del sistema: latiguillos, discos, pastillas, tambores, zapatas… Ante una situación de emergencia, nuestro automóvil debe garantizarnos una frenada eficaz.

Suspensión. Al estar sus componentes ocultos a la vista, suele ser la gran olvidada. De no encontrarse en buen estado, el comportamiento de nuestro coche se verá comprometido –de manera especial, en las frenadas y en el paso por curva– y también perjudicará al desgaste de los neumáticos. Los profesionales recomiendan revisar los amortiguadores cada 20.000 km.

¿Qué otros puntos del coche debemos revisar?

Muy bien: ya se han revisado los principales componentes relacionados con el motor y los que conforman el “triángulo de la seguridad”. Pero para que tu viaje sea seguro, también debes prestar atención al estado y funcionamiento de los siguientes puntos:

  • Grupos ópticos. Luces cortas, largas, de cruce, de freno, de intermitencia… Si bien es cierto que en verano disfrutamos de más horas de luz diurna, no lo es menos que sigue habiendo noche y que en nuestro viaje por carretera nos encontraremos con túneles o tramos poco iluminados.

En cualquier época del año, tan importante como ver lo es que nos vean. Además, teniendo en cuenta que el coche cargará un peso extra, debemos asegurarnos de no deslumbrar a otros usuarios de la vía. De ahí la importancia de revisar los grupos ópticos antes de un viaje.

  • Escobillas del limpiaparabrisas. ¿Qué en verano no llueve? Depende del lugar donde nos encontremos… Incluso en zonas cálidas puede caernos un buen chaparrón. Por ello, conviene comprobar el funcionamiento del limpiaparabrisas y sustituir las escobillas si se encuentran en mal estado.
  • Aire acondicionado. Atrás quedaron los tiempos en los que tenían que bajarse las ventanillas del coche si no se deseaba perecer dentro del habitáculo debido a las altas temperaturas. El aire acondicionado es un gran invento que nos permitirá viajar confortablemente en los días más calurosos, pero también requiere un mantenimiento.

Por último, antes de iniciar el viaje recuerda que el Reglamento General de Vehículos nos obliga a llevar en el coche dos triángulos de señalización de peligro y, al menos, un chaleco reflectante de alta visibilidad. Además, deberás tener los utensilios necesarios para cambiar la rueda de repuesto si fuese necesario y un botiquín de primeros auxilios también puede ser de utilidad. Ah, y no olvides portar tu documentación (DNI y carnet de conducir en vigor) y los papeles del automóvil en regla (de manera especial, el permiso de circulación y la tarjeta de Inspección Técnica de Vehículos). ¡Buenas vacaciones!

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