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Mantenimiento de la moto en la calle: ¿está permitido?  


Publicado el 18/12/19

¿Sabías que realizar operaciones de mantenimiento de una moto en la calle puede tener consecuencias negativas para la seguridad vial y el medio ambiente? Cuando pongas a punto el vehículo, ¡hazlo en un lugar autorizado para que no te sancionen!

Hasta hace pocos años, no resultaba extraño ver cómo se lavaban y reparaban vehículos en la vía pública. Dicha situación provocó que los ayuntamientos tomasen cartas en el asunto. Y es que, aunque creamos que no le hacemos daño a nadie, lavar o arreglar una moto en la calle puede tener consecuencias negativas para la seguridad vial y el medio ambiente.

En el caso del lavado, en el post Lavar la moto para que luzca impecable ya dejamos claro que es algo que no puede llevarse a cabo en la vía pública. De lo contrario, la policía local puede sancionarnos.

Para evitarlo, lo recomendable es llevar la moto a un centro especializado o a un box de lavado a presión. Y si deseamos lavarla nosotros a mano, tendremos que hacerlo en un espacio privado donde no se vierta agua ni jabón a la vía pública. ¿Os imagináis que por culpa de nuestro vertido alguien se resbala, se cae al suelo y, por poner un ejemplo, sufre una fractura de cadera?

Utilización de la vía pública: ¿qué dice la ley?

Pues bien: lo mismo sucede con las reparaciones y operaciones de mantenimiento. Una cosa es que un automovilista –y los motoristas lo somos en muchas ocasiones– se vea obligado a cambiar un neumático debido a un pinchazo o un reventón y otra que aproveche la vía pública para cambiar el aceite de su coche.

Más allá de las multas que conlleven las reparaciones y operaciones de mantenimiento en la calle, la Ley sobre Tráfico, Circulación de Vehículos a Motor y Seguridad Vial establece un punto de partida sobre cómo debemos proceder:

·         El usuario de la vía está obligado a comportarse de forma que no entorpezca indebidamente la circulación ni cause peligro, perjuicios o molestias innecesarias a las personas o daños a los bienes.

A buen entendedor, pocas palabras bastan… Si alguien vierte lubricante o combustible a la calzada podría dar lugar a una situación de riesgo. De hecho, en AMV no es la primera vez que nos referimos a las trampas del asfalto que deben sortear los motoristas. Pues bien: entre ellas se encuentran los restos de aceite, gasolina o gasoil, que, en muchas ocasiones, provocan un accidente a quienes montan en moto.

Si nos centramos en el cambio de aceite, el mismo tiene que realizarse en un servicio oficial posventa o en un taller de confianza. Sus profesionales se encargarán de seleccionar el tipo de lubricante adecuado para nuestra moto. Y el aceite usado lo guardarán en un depósito que será recogido y tratado por una empresa especializada. De esta forma, no se realizarán vertidos de lubricante ilegales y se contribuirá a cuidar el medio ambiente.

Además, la citada ley nos dice que los usuarios de la vía no debemos entorpecer la circulación. Si utilizamos la calle para realizar una reparación o la puesta a punto de la moto, involuntariamente podría caer a la calzada un envase de aceite o una herramienta que supusiese un obstáculo y un peligro para los vehículos o los peatones.

¿Cuánto dinero tendremos que pagar si nos multan?

Queda claro, pues, que en la vía pública no puede lavarse una moto. Ni tampoco repararse o realizarse operaciones de mantenimiento en ella. Si nos quedamos tirados, lo mejor es llamar a la compañía aseguradora y hacer uso de la cobertura de Asistencia en Viaje. La grúa se encargará de llevar nuestra moto al taller indicado.

Si decidimos hacer algún tipo de reparación o mantenimiento en la vía pública, nos arriesgamos a ser sancionados. La multa puede ser leve, grave o muy grave. En el peor de los casos, hablamos de miles de euros. Por eso, lo aconsejable es no jugársela y confiar en profesionales. Y si somos unos manitas, llevar a cabo la reparación o la puesta a punto de la moto en un lugar autorizado.

Alquilar un box, una opción interesante

En el segundo supuesto, si deseamos dejar nuestra moto como nueva y no disponemos de un garaje particular con el material necesario para repararla o ponerla a punto, no debemos preocuparnos. En muchas ciudades existe la posibilidad de alquilar un box para realizar todo tipo de operaciones mecánicas.

Estos espacios suelen ser económicos y cuentan con todo el material necesario, desde un elevador y un carro de herramientas hasta máquinas desmontadoras de neumáticos. Además, en el mismo centro es posible adquirir el aceite o el recambio que se necesite. Y si así se desea, el cliente puede solicitar asesoramiento o ayuda al personal del establecimiento para llevar a cabo determinadas operaciones.

Sin duda, se trata de una opción muy interesante para quienes desean realizar el mantenimiento de la moto por su cuenta. Y también de una alternativa que ayuda a cumplir lo establecido en la Ley sobre Tráfico, Circulación de Vehículos a Motor y Seguridad Vial y a evitar posibles multas por vertidos de líquidos u obstaculización de la vía pública.

Mantenimiento: 10 puntos básicos que debemos revisar

Ya que nos hemos referido al mantenimiento, desde AMV recordamos, una vez más, la importancia de la puesta a punto de la moto. Si nuestra compañera de aventuras se encuentra en perfecto estado de revista, evitaremos quedarnos tirados o sufrir un accidente.

Ya sea en un servicio oficial posventa, un taller de confianza, un box de mecánica o un garaje particular, estos son 10 puntos básicos de nuestra moto que debemos revisar periódicamente:

1.      Presión de los neumáticos. Los neumáticos son el único nexo de unión entre la moto y el asfalto. La presión debe comprobarse con el neumático frío, siguiendo las indicaciones del fabricante y teniendo en cuenta si se viaja solo o acompañado.

2.      Estado de los neumáticos. Un neumático no debe presentar cortes ni deformaciones. Y la profundidad del dibujo de la banda de rodadura no tiene que ser inferior a 1,6 mm. Antes de llegar a ese límite, es aconsejable sustituirlo.

3.      Limpieza y engrase de la cadena. Estas operaciones han de realizarse con mayor o menor periodicidad en función de las condiciones climáticas. En el mercado se comercializan productos específicos.

4.      Tensado de la cadena. Para verificar la tensión de la cadena de la moto se puede utilizar un destornillador, desplazando hacia arriba la cadena. Una vez realizada dicha comprobación, el tensado se debe realizar con una herramienta específica. Si no lo tenemos claro, lo mejor es confiar en profesionales.

5.      Nivel y estado del aceite. El lubricante cuida la salud del motor y de la caja de cambios. A través del ojo de buey y la varilla es posible verificar el nivel y el estado del aceite. Un profesional nos indicará cada cuántos kilómetros hay que reemplazarlo.

6.      Comprobación de luces, intermitentes y claxon. Los grupos ópticos son esenciales para ver, ser vistos y señalizar nuestras maniobras. Y el claxon contribuye a evitar situaciones peligrosas.

7.      Nivel del líquido de frenos. Forma parte de las revisiones de rutina. Según sea la especificación DOT, un líquido de frenos ha de reemplazarse anualmente o cada dos años.

8.      Discos, pastillas, tambores y zapatas de freno. Si visualmente no sabemos apreciar signos de desgaste, no debemos esperar a que el sistema de frenos nos dé un susto durante la conducción. A través de un mantenimiento periódico llevado a cabo por profesionales sabremos cuándo hay que sustituir alguno de sus componentes.

9.      Estado de las suspensiones. Junto a neumáticos y frenos, las suspensiones conforman el denominado triángulo de seguridad. Es importante verificar que no presentan fugas de aceite. El resto de comprobaciones y ajustes es aconsejable que se realice en un centro especializado.

10.  Líquido refrigerante. Juega un papel importantísimo para garantizar un óptimo funcionamiento del motor. Es aconsejable verificar el nivel del refrigerante cada una o dos semanas. Y reemplazarlo cada dos años o 40.000 kilómetros.