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Conducción nocturna: ¡no te despistes!  


Publicado el 27/05/15
La conducción nocturna nos exige extremar las medidas de seguridad, pues nuestra vulnerabilidad aumenta en la misma proporción que la luz disminuye. De hecho, aunque la densidad del tráfico es sensiblemente menor durante la noche, la incidencia de accidentes graves es enorme.
Motorista en la carretera de noche.Por si te gusta utilizar la moto cuando baja el sol o te resulta necesario hacerlo, repasamos contigo en esta entrada los consejos básicos para circular de noche con prudencia. ¡Toma nota y viaja seguro! “De noche, todos los gatos son pardos”, dice el refrán, y la ciencia lo corrobora.

 

Trucos para conducir seguros de noche


Nuestros ojos se ajustan a diferentes niveles de iluminación, con respuestas como la variación del diámetro de la pupila o los cambios de sensibilidad en las células foto-receptoras, llamadas “bastones de la retina”, por ejemplo. Sin embargo, los seres humanos tenemos menor agudeza visual de noche e incluso nuestra percepción de los colores se altera.

Por ello, además de lo que tú percibas, pónselo fácil a los demás conductores y asegúrate de que adviertan tu presencia. Ya sabes: ¡ver y ser visto! Repasamos algunas medidas de precaución que puedes tomar para reducir cualquier riesgo durante el viaje.

* Si tu equipamiento no incorpora bandas reflectantes que aumenten tu visibilidad, utiliza un chaleco por encima que sí lo sea.

* La visera del casco debe ser transparente, siendo recomendable dejar las que son tintadas para el día. También puedes adquirir un casco con doble visera, quizá la opción más práctica.

* Siempre debemos revisar que funcionen todas las luces. De noche, esta comprobación es imprescindible: cruce, carretera, posición, matrícula, intermitentes, etc. Igualmente, procura que no te molesten las luces del salpicadero durante la conducción y regula su intensidad si tu moto dispone de esa opción.

* Cuando el tráfico de frente es intenso, es recomendable fijar la mirada en el margen derecho de la carretera. Con ello, ganas campo visual y tus ojos se cansarán menos. Si a pesar de todo un vehículo te deslumbra, reduce la velocidad mientras tu vista se acomoda.

* Y si resulta siempre importante el uso correcto de los espejos retrovisores, de noche debemos aumentar la frecuencia de mirada.

Un año de consejos para ti y para tu moto


 

No te adelantes a ti mismo


Aunque haya menos densidad de tráfico, no te relajes. La distancia de seguridad también debe aumentarse de noche. Y debes reducir la velocidad hasta el punto de que puedas parar por completo tu moto en caso de necesidad, dentro de la zona iluminada por tus faros.

 

No conducimos solos, aunque lo parezca


Que circulen menos vehículos de noche, tanto en ciudad como en carretera, no quiere decir que vayamos solos. Aunque no nos crucemos con nadie durante kilómetros, puede costarnos muy caro el despiste. Además, a estas horas, es mayor la presencia de conductores bajo los efectos del alcohol, las drogas o del cansancio, como veremos ahora.

 

Cuidado con dormirse


El cansancio es un importante factor de riesgo al conducir, especialmente durante la noche. Disminuye nuestra concentración y altera la forma en que percibimos el entorno, posibles obstáculos o peligros.

¡No esperes a sentir somnolencia! Descansa en cuanto aparezcan los primeros síntomas: picor o escozor de ojos, tensión muscular, necesidad de recolocar la postura en el puesto de conducción, calambres etc.

Recuerda que nuestros reflejos se reducen peligrosamente y, si esperas a sentir sueño para plantearte la posibilidad de parar, estarás corriendo un riesgo importante y del todo innecesario. Por otra parte, la frecuencia de descansos debe ser mayor que de día porque la conducción nocturna es más agotadora.

 

La climatología y la nocturnidad


Las condiciones climatológicas pueden dificultar aún más nuestros desplazamientos nocturnos en moto. Si nos vemos forzados a circular con lluvia, niebla o heladas, es muy importante prestar especial atención al estado del asfalto. También, ser conscientes de las limitaciones añadidas de visibilidad, al mayor riesgo de derrapar o salirnos de la calzada por placas de hielo, balsas de agua, etc.

Obviamente, el invierno es la peor época, pero incluso en verano, de madrugada, podemos eventualmente encontrar hielo bajo un puente, en una curva, o bancos de niebla.

Recuerda que lo importante es llegar.