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La moto como elemento bélico: su papel en época de guerra  


Publicado el 22/07/15

La versatilidad,velocidad y agilidad de la moto, funcionalidades clave en una contienda.

A comienzos del siglo XX la moto se consideraba el mejor vehículo para sustituir al caballo en el campo de batalla. Aunque aparentemente frágil y desprotegida para la guerra, la moto ya ofrecía funcionalidades únicas como instrumento bélico. Su velocidad y agilidad la hicieron indispensable para transportar munición o para poder vigilar desde largas distancias los avances enemigos.

La moto tuvo un papel fundamental en las dos guerras mundiales que enfrentaron a las principales naciones del mundo. Cientos de miles fueron desplegadas tanto en combate como en servicios de mensajería y acompañamiento.

Emblemáticas “máquinas de guerra” como las alemanas Zündapp y BMW, la Gilera “Marte” italiana, las inglesas BSA y Norton, las Indian y Harley americanas, las japonesas RT 97 y la soviética IMZ M-72, desempeñaron un papel clave en ambos conflictos.

moto-sidecar

También el sidecar experimentó un gran impulso, y resultó especialmente útil en los conflictos bélicos antes citados. Concebido como una moto con un carro adosado, al ser desmontable podía también actuar como vehículo independiente, dotando a la moto de una irremplazable doble funcionalidad.

Del caballo a la moto militar: el gran desarrollo de la moto en el campo de batalla

La principal referencia sobre el uso de la moto como elemento bélico se remonta a 1916 en Estados Unidos. Fue en la famosa Expedición Punitiva, de las fuerzas armadas americanas dirigidas por el mítico general Pershing contra los revolucionarios mexicanos de Pancho Villa. Los americanos, bien pertrechados con sus Harley, pudieron comprobar la superioridad bélica y las ventajas de sus máquinas frente a las rústicas monturas de sus rivales.

Pero fue en la I Guerra Mundial cuándo la moto alcanzó su mayor despliegue a nivel mundial, en operaciones directas de combate. Aunque es frecuente asociarla con material de guerra secundario de trincheras, la moto era uno de los vehículos predominantes en el arsenal aliado.

Unidades enteras de infantería fueron movilizadas en moto, integradas en patrullas de reconocimiento, labores de seguridad y distribución de mensajes. También, las unidades médicas las usaban para evacuar a los heridos en sidecar y regresar a las zonas del frente con municiones y medicamentos.

En la II Guerra Mundial la moto tuvo un papel más de apoyo y menos directo como vehículo de combate en el frente. Esto fue así a pesar de estar más desarrollado su papel como elemento bélico, y estuvo motivado en gran medida por el impulso que empezaba a adquirir el moderno armamento móvil en los años 40. En resumen, era útil para agilizar la comunicación y para transportar personas, pero también muy fácil de detectar por los enemigos, y por tanto, de ser atacada.

Tras ambas contiendas, la moto no se volvió a utilizar de forma masiva en conflictos militares. Sin embargo, en los últimos años ha tenido lugar un importante resurgimiento de la moto en operaciones especiales, sobre todo en los conflictos de oriente medio.

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