Publicado el 16/12/15
Afortunadamente, cada vez son más los fabricantes de motocicletas y scooters que, de serie u opcionalmente, incorporan el sistema antibloqueo de frenos (ABS) a sus modelos. Un dispositivo que, por normativa europea, será obligatorio a partir de enero de 2016 en las motos homologadas con una cilindrada igual o superior a 125 c. c. Por debajo de la misma, y hasta 51 c.c., se exigirá que incorporen un sistema de frenada combinada (CBS), mientras que los ciclomotores de 50 c.c. quedarán exentos de la ley hasta que sea revisada, presumiblemente, en 2019.
Sin duda, en el caso del
ABS se trata de una acertada decisión refrendada por estudios elaborados en los últimos años. Según uno de ellos,
se podría reducir hasta casi en un centenar el número de fallecidos en la red viaria española
si todo el parque de vehículos de dos ruedas equipase dicho sistema. Además, el informe hace hincapié en que el mismo evitaría que entre 500 y 700 motoristas resultasen heridos de gravedad tras sufrir un accidente.
A nivel europeo, otro estudio pone de relieve que
el sistema antibloqueo de frenos puede evitar el 38 por ciento de todos los accidentes con lesiones físicas y casi la mitad de los que se saldan con heridos graves o fallecidos.
Por su parte, el autoclub alemán
ADAC precisa que, gracias a la contribución del ABS, la distancia necesaria de frenado se reduce de media un 25 por ciento al circular a una velocidad de 100 km./h. Y entre sus ventajas también destaca que
el dispositivo contribuye a reforzar la estabilidad de la moto al accionar los frenos, evitando así caídas de los motoristas, sobre todo en superficies mojadas. Algo de vital importancia si se tiene en cuenta que, a tenor de una reciente encuesta, el 22 por ciento de los usuarios considera que
uno de los principales riesgos de conducir una moto o un scooter es frenar sobre asfalto mojado.
Así funciona el ABS
Asociado al sistema de frenado tradicional,
el ABS se basa en una bomba que se incorpora al circuito de líquido de frenos y en unos sensores que controlan el giro de las ruedas del vehículo. En el supuesto de que las revoluciones de éstas se redujesen bruscamente en una frenada, el dispositivo lo detectaría e interpretaría que podría producirse un bloqueo antes de que la moto se detuviese por completo.
De materializarse tal supuesto, podría producirse la caída del motorista o el vuelco de la moto. Pero al entrar en funcionamiento el ABS,
el sistema impediría el bloqueo de las ruedas y garantizaría una frenada más corta, homogénea y segura. Para que ello sea así, los sensores de este “ángel de la guarda” monitorizan continuamente la probabilidad de bloqueo y, de ser necesario, la unidad hidráulica del ABS reduce la presión del freno.
Cómo sacarle el mayor partido
De la teoría a la práctica, hay quienes sostienen que el ABS no requiere de ningún entrenamiento especial para sacarle el mayor partido. Sin embargo, pese a dicha creencia,
es recomendable conocer su respuesta, ya que la misma puede diferir en función del fabricante del sistema, los distintos modos de respuesta del dispositivo y la adaptación que de éste haya realizado la marca de moto o scooter.
Para familiarizarse con el sistema antibloqueo de frenos, es muy aconsejable realizar algún
curso de conducción segura, llevado a cabo en unas instalaciones habilitadas para tal fin e impartido por una escuela profesional. Sus monitores asesorarán a los participantes, a través de clases teóricas y prácticas, sobre cómo sacarle el mayor partido al ABS.
MSC: la evolución del ABS
Pero, lejos de ser el paradigma de la seguridad, el sistema antibloqueo de frenos, pese a su enorme contribución, no es perfecto ni evita todas las situaciones de riesgo. Para suplir sus carencias, y garantizar unos mayores niveles de protección a los usuarios de motocicletas, algunos fabricantes han comenzado a montar el
control de estabilidad (MSC), también denominado
ABS Pro, en algunos de sus modelos de mayor cilindrada.
El MSC posee unos sensores que verifican distintos parámetros de la dinámica de la moto. Así, en sintonía con el ABS o actuando sobre el par de giro del motor,
la electrónica posibilita optimizar la frenada y mejorar la estabilidad del vehículo en situaciones críticas.
De manera especial, la adopción del MSC se hace notar al circular en
carreteras deslizantes –ayudando a que la rueda de tracción no pierda adherencia–, en
frenadas fuertes en curvas –evitando, entre otras situaciones, la pérdida de la trayectoria o una caída si se actúa sobre los frenos con demasiada contundencia– o al
acelerar bruscamente –impidiendo que se levante la rueda delantera y se produzca lo que popularmente se conoce como “caballito” o “wheelie”–.
Otras novedades para 2016
La inclusión del ABS en motos homologadas con una cilindrada igual o superior a
125 c. c. no será la única novedad normativa para 2016. Otra decisión importante afecta a los modelos que se comercialicen en la Unión Europea y, de manera especial, a su
potencia, que
no podrá limitarse. Conviene recordar que Francia impuso en su día una limitación de 100 c. v. y que en España se estudió emular al país vecino. A partir del próximo año, ello no será posible.
Por último, todos los nuevos modelos deberán ajustarse en 2016 a la
norma Euro 4 de emisiones contaminantes, una homologación que también será obligatoria para los ciclomotores en 2017. De cara al año
2020 está prevista la aplicación de la norma
Euro 5 con el objetivo de garantizar que las motos y scooters que se vendan en Europa sean
más respetuosos aún
con el medio ambiente.
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