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La formación continua, vital para ser un motorista seguro  


Publicado el 20/01/16

Utilizar el carril de sentido contrario para avanzar más rápidamente o iniciar la marcha antes de que el semáforo se ponga en verde, son algunos de los malos hábitos que algunos motoristas tienen cuando circulan por la ciudad. Para erradicar estos comportamientos y reforzar la seguridad del colectivo motociclista, los expertos recomiendan la formación continua.

Moto en el circuito (istockphoto)

Sin duda, motocicletas, scooters y ciclomotores son los mejores aliados para realizar recorridos urbanos. Además de contribuir a reducir las emisiones contaminantes en las grandes ciudades, distintos estudios han puesto de manifiesto que este tipo de vehículos también permiten ahorrar tiempo y dinero a sus usuarios. Por lo tanto, no es de extrañar que en ciudades como Barcelona, Milán, Roma o París su utilización sea masiva.

Pero también conviene recordar que no todos los conductores de vehículos de dos ruedas extreman las precauciones y son suficientemente responsables al manillar. Así ha quedado reflejado en un reciente informe publicado por un autoclub en el que tras analizar el comportamiento vial de usuarios de motocicletas, scooters y ciclomotores en distintos puntos de Madrid, se ha concluido que:

  • Ante un semáforo en rojo, más del 20 por ciento de los motoristas avanza posiciones utilizando el carril de sentido contrario, sobre todo en situaciones de congestión y alta intensidad de tráfico.

  • El 15 por ciento de los motoristas no respeta los carriles de circulación habilitados y realiza repetidos zigzagueos sin hacer uso de los intermitentes.

  • Más de la mitad de los motoristas no señaliza sus giros en los cruces mediante los intermitentes, un hábito que incrementa el riesgo de sufrir un impacto lateral con otros vehículos.

  • El 10 por ciento de los motoristas inicia la marcha antes de que el semáforo se ponga en verde. Al respecto, se percibe un efecto de “imitación” por parte de otros usuarios de vehículos de dos ruedas.

  • El 11 por ciento de los motoristas se salta el semáforo en rojo. Junto a la anterior infracción, tal comportamiento aumenta considerablemente la probabilidad de sufrir un accidente por colisión.

  • Cerca del 19 por ciento de las motos analizadas circulaba por encima de la limitación de velocidad establecida en 50 km/h.

Junto a estas conclusiones, el estudio recuerda que el 39 por ciento de los heridos graves en accidentes de tráfico en Madrid son motoristas y, entre otras recomendaciones, aconseja intensificar la formación continua para reforzar aspectos vinculados a la seguridad vial de dicho colectivo.

A tenor del informe, parece obvio que realizar un autoexamen de conducta y respetar las normas de circulación contribuiría a reducir la siniestralidad y el número de motoristas heridos o fallecidos en ciudad. La formación continua y la educación vial se revelan como una magnífica solución para liberarse de los malos hábitos y perfeccionar conocimientos. En este sentido, realizar un curso de conducción segura con una escuela profesional es muy recomendable.

Formación continua para todo tipo de conductores

En nuestro país, uno de los mejores ejemplos de escuela de conducción segura lo constituye CSM, empresa con la que colabora la Fundación AMV en materia de formación para motoristas y seguridad vial.

Sobre el perfil de los conductores de moto que acuden a los cursos de CSM, su director, Juan de Orduña, comenta que “los alumnos tienen unos niveles de experiencia muy dispares. En nuestra escuela confían desde conductores que desean cambiar el coche por un scooter de 125 c. c.  o un maxiscooter de tres ruedas, hasta personas que quieren aumentar su seguridad, tanto en ciudad como en carretera, a los mandos de motos de mayor cilindrada”.

Y respecto a quienes sostienen que los cursos de conducción segura sólo deberían realizarlos usuarios sin experiencia, este profesional revela que: “el 90 por ciento de los motoristas que se inscriben en ellos son personas que han recorrido muchos kilómetros y desean seguir aprendiendo. Quieren evitar errores de conducción que, en muchos casos, pueden derivar en una caída”.

Clases teóricas y prácticas

De cara a aquellos que no hayan participado en un curso de conducción segura, les diremos que suelen comenzar con una clase teórica en la que se abordan distintos temas: desde la importancia que adquiere un correcto equipamiento en la conducción hasta los ejercicios que se llevarán a cabo en la pista.

escuelas-formacion-motoristas

Sobre estos últimos, los alumnos aprenden a adoptar una posición correcta encima del vehículo, detenerlo tanto en superficie seca como deslizante, cómo frenar en función de si la moto o el scooter cuenta con sistema antibloqueo de frenos (ABS) o no, conducir sobre firme irregular, girar en zonas con poco espacio de maniobrabilidad, trazar curvas, etc. Asimismo, en función del tipo de curso y el nivel de los participantes, las prácticas pueden tener continuidad en tráfico real.

Y una vez finalizado el curso, tanto noveles como veteranos suelen mostrar su satisfacción por las nociones aprendidas, que, a buen seguro, les ayudarán a evitar malos hábitos y reforzar su seguridad.

Aunque seas un buen motorista, te sorprendería saber que, a pesar de la experiencia, siempre se aprende algo nuevo en un curso de conducción segura. Si todavía no has participado en uno, ¿a qué esperas?


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