¿Qué es y cómo superar la agorafobia y amaxofobia?

Como veremos a lo largo de la presente guía, agorafobia y amaxofobia están estrechamente vinculadas a la conducción.  Si aún no tienes muy claro qué son las fobias, el diccionario de la Real Academia Española (RAE) señala que el término «fobia» es una «aversión exagerada a alguien o algo». Y también un «temor angustioso e incontrolable ante ciertos actos, ideas, objetos o situaciones». Además, las palabras acabadas en «fobia» indican “aversión” o “rechazo”. En el caso de la agorafobia y amaxofobia, a continuación nos ocupamos de sus definiciones.

¿Qué es la agorafobia?

La agorafobia es un tipo de trastorno que se caracteriza por un miedo o ansiedad intensos ante situaciones o lugares de los cuales puede ser difícil escapar o donde no se podría disponer de ayuda en caso de sufrir un ataque de pánico u otros síntomas embarazosos o incapacitantes.

En el caso de la RAE, basándose en la psiquiatría, la define como «fobia a los espacios abiertos». No obstante, la agorafobia también se relaciona con el temor a usar el transporte público y a estar en sitios cerrados, en medio de una multitud o solo (sin compañía) fuera de casa.

¿Qué es la amaxofobia?

En cuanto a la amaxofobia, es el miedo a conducir. Solamente por el hecho de pensar que tienen que ponerse a los mandos de un vehículo, los individuos afectados por amaxofobia pueden sufrir ansiedad y estrés.

Fobias como la agorafobia y amaxofobia producen consecuencias negativas en las personas, ya que limitan su actividad cotidiana. Y les incapacitan para realizar acciones tan comunes como salir a la calle, relacionarse con otras personas o conducir su vehículo.

¿Quién padece de agorafobia?

Respecto a quién padece agorafobia, suele manifestarse en personas que temen perder el control ante una crisis de ansiedad, sobre todo fuera de los entornos que consideran seguros. En este sentido, las personas más propensas a sufrir esta fobia son:

• Adultos jóvenes. Si bien el trastorno puede desarrollarse a cualquier edad.
• Mujeres. Según los estudios clínicos, la prevalencia es mayor en el sexo femenino.
• Personas con antecedentes de ataques de pánico o ansiedad intensa. Se trata de individuos que temen que esos episodios se repitan en lugares públicos.
• Personas que evitan espacios abiertos o situaciones con pocas vías de escape. Como, por ejemplo, plazas públicas, autobuses, centros comerciales…
• Conductores con miedo a perder el control o quedarse atrapados en el vehículo. Lo cual puede conectar directamente con la amaxofobia.

Agorafobia y pánico: ‘cóctel’ peligroso

Y la agorafobia puede verse agravada si a sus síntomas habituales se suma el pánico. En este sentido, los expertos advierten que dicha combinación es ciertamente preocupante, pues un ataque de pánico puede traducirse en:

• Un incremento de la frecuencia cardíaca.
• Dificultades para respirar o sensación de ahogo.
• Dolor o presión en el pecho.
• Aturdimientos o mareos.
• Sensación de inestabilidad, entumecimiento u hormigueo.
• Sudoración excesiva.
• Enrojecimiento o escalofríos repentinos.
• Malestar estomacal o diarrea.
• Percepción de pérdida de control.
• Temor a morir.

Si alguno de dichos trastornos se manifiesta durante la conducción, la experiencia puede ser realmente traumática. Y tener consecuencias muy negativas para nuestra salud. Por ello, si tienes miedo de salir a la calle, conducir en grandes espacios abiertos o quedarte atrapado en un atasco, lo mejor es que consultes a un especialista para intentar superar la agorafobia.

¿Cómo puede curarse la agorafobia?

Sobre cómo puede curarse la agorafobia al conducir, los entendidos en la materia sostienen que no hay una forma segura de evitarla. Pero sí existen tratamientos para intentar frenarla y, en la medida de lo posible, reducir la ansiedad que provoca:

• En primer lugar, si deseamos superar la agorafobia debemos enfrentarnos a nuestros miedos. Y una buena forma de hacerlo es junto a un familiar o un amigo. Si nos desplazamos en nuestro vehículo acompañados de una persona de confianza, quizás podamos controlar el miedo que producen los espacios abiertos, como las autopistas, o vernos inmersos en un atasco.
• Asimismo, la psicoterapia nos ayudará a disminuir los síntomas de la ansiedad.
• Existen antidepresivos y medicamentos contra la ansiedad. Pero, cuidado: tienen que ser recetados por el médico. Y conviene no olvidar que algunos medicamentos afectan a la conducción.
• Finalmente, en establecimientos como los herbolarios es posible adquirir productos naturales sin receta para combatir la ansiedad. Es importante cerciorarse de que no presentan riesgos para la salud.

¿Quién padece de amaxofobia?

La amaxofobia puede afectar a personas muy distintas y por motivos diversos. Aunque a menudo se asocia con la falta de experiencia o con un accidente previo, en realidad puede aparecer incluso en conductores veteranos. Este trastorno combina factores emocionales, psicológicos y de experiencia personal que terminan generando inseguridad o bloqueo al ponerse al volante. Entre los individuos que pueden padecer amaxofobia se encuentran:

• Conductores que han sufrido o presenciado accidentes de tráfico. Estos individuos desarrollan un miedo persistente al pensar que pueden revivir esa experiencia.
• Personas con ansiedad generalizada o trastornos del pánico. Proyectan su miedo a perder el control en la conducción.
• Quienes han pasado mucho tiempo sin conducir. Estos conductores se sienten inseguros cuando vuelven a ponerse a los mandos de un vehículo.
• Personas perfeccionistas o muy autoexigentes. Temen cometer errores o causar daños.
• Conductores que asocian el coche con peligro o responsabilidad excesiva. Incluso aunque nunca hayan vivido una experiencia traumática directa.

¿Qué problemas produce la fobia al conducir?

Continuando con la relación de la agorafobia y amaxofobia con la conducción, se calcula que en torno al 30% de los conductores sufre amaxofobia. Y quienes la padecen, presentan, entre otros, los siguientes trastornos:

• Temor irracional. Se denomina así porque, en algunos casos, no hay precedentes ni hechos traumáticos previos para sentirlo.
• Sudoración excesiva, mareos, ansiedad y palpitaciones. Son algunos de los síntomas que ya hemos mencionado en el apartado dedicado a la agorafobia.
• Pesadillas. Experiencias traumáticas previas, como un accidente de tráfico, un atropello o un susto durante la conducción, podrían ocasionar pesadillas relacionadas con el suceso en cuestión.

¿Cómo se supera la amaxofobia?

De cara a superar la amaxofobia, es aconsejable ponerse en manos de psicólogos y centros de formación vial que sean capaces de generar confianza y seguridad en quienes tengan miedo a conducir. Un proceso que suele abordarse en cuatro fases.

Toma de conciencia

Como sucede con la agorafobia, las personas que sufren amaxofobia deben asumirlo, reconocer el problema y acudir a un experto en psicología. Este último se encargará de establecer un calendario de trabajo.

Afrontamiento y control

En esta fase se utilizan técnicas de relajación para reducir la ansiedad y los pensamientos catastrofistas.

Reciclaje

De cara a recuperar la confianza y subir la autoestima, los simuladores de conducción facilitan enfrentarse a las situaciones que generan miedo en el mundo real.

Exposición progresiva real

Por último, participar en un curso de conducción segura permite a los afectados poner en práctica todo lo aprendido en las fases anteriores.

Ciertamente, la agorafobia y amaxofobia pueden dificultar que disfrutemos de la conducción. Y en función de su complejidad, cada caso requerirá una atención específica. Pero si ponemos de nuestra parte, reconocemos el problema y confiamos en profesionales, los temores podrán desaparecer y dar paso al autocontrol y la seguridad en uno mismo.

Ya lo sabes: si tienes temor a salir a la calle o a conducir, podrías padecer agorafobia y amaxofobia. Si deseas superarlas, sigue nuestras recomendaciones. Y si lo tuyo son las dos ruedas, estos consejos para volver a montar en moto con seguridad también pueden serte muy útiles. ¡Toma nota!