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Funcionamiento del control de tracción de una moto  


Publicado el 19/12/18

En los últimos años, el equipamiento de seguridad activa de las motos ha mejorado notablemente. Y entre sus elementos figura el control de tracción. ¿Quieres conocer la historia de este “ángel de la guarda” y saber cómo funciona? ¡Sigue leyendo!


Mucho ha evolucionado el mundo de las dos ruedas desde la creación de la considerada primera motocicleta moderna. De aquel medio de transporte primigenio desarrollado por el ingeniero, constructor e industrial alemán Gottlieb Daimler en 1885, equipado con un modesto motor que entregaba una potencia de 0,5 CV, hemos pasado a un sector que destaca por su amplia y variada oferta.

Desde los scooters de 125 cc de perfil urbano hasta las motos maxi-trail de espíritu aventurero, en el mercado se comercializan modelos para satisfacer todos los gustos y necesidades. Y en mayor o menor medida, la seguridad activa de todos ellos ha ganado muchos enteros en los últimos años gracias a los desarrollos de la propia industria y a las obligaciones impuestas por las distintas normas Euro.

¿Cómo ha evolucionado la seguridad activa en las motos?

En el caso de estas últimas, conviene recordar que, gracias a la norma Euro 4, desde 2016 es obligatorio que el equipamiento de serie de las motos homologadas con una cilindrada igual o superior a 125 cc incluya el sistema antibloqueo de frenos (ABS). Y por debajo de ella, han de montar un sistema de frenada combinada (CBS). Sin duda, se trata de dos “ángeles de la guarda” que contribuyen a reducir la distancia de frenado y a sortear un obstáculo o cambiar de dirección cuando se “tira de frenos” sin que el vehículo se desestabilice.

Continuando con el denominado triángulo de la seguridad, también cabe destacar la evolución experimentada por los neumáticos y las suspensiones. En el caso de los primeros, a sus continuos desarrollos suman innovaciones como el sistema de monitorización de la presión de los neumáticos (TPMS, por sus siglas en inglés), mientras que las segundas hoy pueden ajustarse electrónicamente en algunos modelos de motocicletas. Alucinante, ¿verdad?

Control de tracción: ¿desde cuándo en el sector de las dos ruedas?

Pero, afortunadamente, los inventos en materia de seguridad activa no se limitan a los citados. Entre los elementos que contribuyen a salvar vidas en el colectivo de los motoristas se encuentra el control de tracción, que, al igual que el ABS, fue introducido originalmente en el sector del automóvil.

Concretamente, sus orígenes se remontan a la década de los años 70 del siglo pasado. En una época en la que, sobre todo en EEUU, se comercializaban automóviles de propulsión trasera con motores caracterizados por su elevada potencia y generoso par, los fabricantes se vieron en la necesidad de “domar” el eje motriz de sus coches para que la tracción no se viese comprometida.

Inicialmente exclusivo de vehículos “premium”, el uso del control de tracción se fue generalizando al ser, en muchos casos, una función secundaria del programa electrónico de estabilidad (ESP), obligatorio desde 2014 en todos los turismos y vehículos comerciales ligeros nuevos que se vendan en la Unión Europea (UE).

Y tras probarse con éxito en el mundo del automóvil, el control de tracción llegó al de las dos ruedas. Para ser exactos, a finales de los años 80. Al igual que sucedió en los coches, las marcas lo reservaron para sus motos más exclusivas. Pero con el paso del tiempo ha dejado de ser un elemento opcional para ir formando parte del equipamiento de serie. Desde los propietarios de motocicletas touring o deportivas hasta los conductores de maxiscooters, cada vez son más los usuarios que se benefician del control de tracción.

Funcionamiento del control de tracción: electrónica al servicio de los motoristas

Como sucede en el sector del automóvil, cada marca de motocicletas ha adoptado su propia denominación para el control de tracción. En cualquier caso, tal y como revela su nombre, la función en todos los casos es la misma:

Garantizar que la rueda trasera de la moto no pierda tracción ni derrape cuando se acciona el puño del gas, evitando así que el piloto pueda sufrir una caída.

En cuanto a cómo funciona, el control de tracción es fruto de lo que se conoce como electrónica. Este sistema se sirve de los sensores del ABS que miden la velocidad de las ruedas y la inclinación de la moto. Y en el supuesto de detectar una anormalidad en el eje motriz, actúa sobre el par motor con el objetivo de que la rueda trasera recupere de nuevo la adherencia y, por lo tanto, la tracción.

En la actualidad, algunos fabricantes ofrecen controles con distintos niveles de intervención –seleccionables a gusto del piloto– y también optimizados para evitar pérdidas de tracción en tramos de curvas o pistas off road. De manera especial, este elemento de seguridad activa se ha convertido en un gran aliado de los motoristas cuando hace acto de aparición la lluvia y el asfalto comienza a asemejarse a una pista de patinaje.

¿En qué se diferencian el control de tracción y el de estabilidad?

Pero, además del control de tracción, es posible que también hayas oído hablar del control de estabilidad. Se trata de soluciones distintas, si bien ambas tienen el mismo cometido: evitar que la moto se desestabilice. Y para dicho fin, los dos sistemas utilizan los sensores del ABS. Es más: el control de estabilidad es considerado una evolución de este último. Tras monitorear datos clave de la moto, como la velocidad de giro de las ruedas, la inclinación y la aceleración, su funcionamiento es clave en las siguientes situaciones:

  • Al circular por carreteras deslizantes, la actuación del control de estabilidad ayuda a que la rueda trasera no pierda adherencia.
  • Si en algún momento detecta que, al frenar, la rueda trasera “amenaza” con perder contacto con el suelo, el control de estabilidad reduce la presión sobre la delantera.
  • En caso de tener que “tirar” de frenos de forma contundente en una curva, el control de estabilidad evita la pérdida de trayectoria de la moto y, en última instancia, la caída del piloto.
  • Al acelerar bruscamente, impide que se levante la rueda delantera y se produzca lo que popularmente se conoce como “caballito” o “wheelie”.

Para que te hagas una idea de su importancia, se estima que el control de estabilidad podría evitar uno de cada tres accidentes con lesiones en el colectivo de los motoristas.

¿El control de tracción también se utiliza en competición?

Como hemos visto, el control de tracción, al igual que el de estabilidad y los sistemas ABS y CBS, es un avance tecnológico que nos evitará más de un susto al circular con nuestra moto. Pero también es de una gran utilidad en el mundo de la competición, donde las velocidades son mayores y el riesgo de sufrir una caída aumenta de forma exponencial.

¿Sabías que las motos de los campeonatos del mundo de MotoGP y Superbike también lo montan? Razón de más para que, llegado el momento de adquirir una motocicleta o un scooter, valores comprar un modelo que equipe este auténtico salvavidas.