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Rutas en moto por Castilla y León  


Publicado el 17/02/16

Varios son los recorridos jacobeos que atraviesan las tierras castellano-leonesas. En esta ocasión, nos centramos en el popular Camino Francés, con rutas en moto con recorrido de más de 300 kilómetros que se inicia en la provincia de Burgos y concluye en la de León. 

rutas en moto (istock)

Un puente, Semana Santa, los meses de verano… a lo largo del año es posible realizar numerosas rutas en moto por la geografía española. En el caso de Castilla y León, se trata de un auténtico paraíso motero a tenor de las concentraciones que, como las invernales de Pingüinos, la Fiesta de la Moto o Motauros, ambas en Valladolid, aglutinan a miles de aficionados.

Entre las rutas en moto propuestas en los itinerarios a Santiago de Compostela por la comunidad castellano-leonesa se encuentran las relativas a los caminos Francés, de la Vía de la Plata y de Madrid. En el caso del primero, objeto del presente artículo, tiene un recorrido de unos 330 kilómetros, en función de las carreteras elegidas, y es aconsejable realizarlo en tres etapas.

Los orígenes de la peregrinación a Santiago

En los inicios de la peregrinación a Santiago, los recorridos partían de la entonces capital de los reinos cristianos peninsulares: Oviedo. Estos caminos no tardaron en conectar con Europa a través de una ruta costera que, posteriormente, se consolidó algo más al sur, dando lugar al recorrido más genuino de cuantos conducen a tierras gallegas: el Camino Francés. La comunidad autónoma de Castilla y León es la que mayor número de kilómetros aglutina de dicho itinerario y también la que concentra más bienes de interés cultural.

Tras su periplo por Navarra (Roncesvalles, Pamplona, Puente de la Reina y Estella) y La Rioja (Logroño, Nájera y Santo Domingo de la Calzada), el camino se adentra en tierras castellano-leonesas por Redecilla del Camino, en la conocida como Riojilla burgalesa, punto de partida de nuestra ruta.

Rutas en moto: De Redecilla del Camino a Atapuerca

Si bien consta que hubo asentamientos anteriores en la zona, los orígenes de Redecilla del Camino están datados en torno al año 968 y su desarrollo e historia están muy vinculados al Camino de Santiago. De hecho, es citada como una de las localidades importantes de la ruta jacobea en el célebre “Códice Calixtino”, cuyo manuscrito original fue robado del Archivo de la Catedral de Santiago en julio de 2011 y recuperado un año después. Entre los monumentos de la población, merece la pena visitar la iglesia de la Virgen de la Calle, reedificada en los siglos XVII y XVIII, y la calle Real, con un trazado eminentemente jacobeo.

Después de la visita a Redecilla del Camino, llega el momento de subirse a la moto para empezar a “devorar” kilómetros y poner rumbo a Atapuerca. Para ello, se ha de tomar la carretera N-120, con paso por diversas localidades y un solo punto complicado a destacar: una curva peligrosa a la derecha después de atravesar Villafranca Montes de Oca. En aproximadamente tres cuartos de hora, se llega al primer destino de la ruta.

El concejo de Atapuerca se configuró hace once siglos y debe su fama a los hallazgos de los restos del “homo antecessor”, considerado el homínido más antiguo de Europa. Hablamos, pues, de uno de los yacimientos más importantes del mundo, ya que ha llevado a los expertos a replantearse la evolución de nuestra especie y a que la población burgalesa haya sido considerada Patrimonio de la Humanidad. El Parque Arqueológico de Atapuerca y el Museo de la Evolución Humana permiten completar la visita a un lugar único.

Parada en Burgos

Desde Atapuerca, la carretera BU-V-7012 enlaza con la autovía A-1, que, a su vez, conduce a Burgos, ciudad de historias y culturas en la que predomina su imponente catedral, cuya construcción se inició en el año 1221 y en la que reposan los restos del Cid Campeador y su esposa, Doña Jimena.

De cara a estancias cortas, es posible conocer Burgos en 24 horas. La ruta por la ciudad puede comenzar en el monasterio de Santa María la Real de las Huelgas y continuar por el arco de Santa María, la catedral, la iglesia de San Nicolás de Bari, la plaza Mayor, el paseo del Espolón, la estatua del Cid y el palacio de los Condestables de Castilla, popularmente conocido como la casa del Cordón.

Carrión de los Condes

Después de la visita a Burgos, el Camino Francés se adentra en tierras de Palencia y pasa por Carrión de los Condes, antaño residencia de reyes y entre cuyos reclamos se encuentran los reales monasterios de Santa Clara y de San Zoilo, los museos de Arte Contemporáneo, Santa Clara y de Santiago o el puente Mayor.

Por cierto, para llegar a la localidad desde Burgos existen varias alternativas, siendo la más corta (85 km) y rápida la de la carretera N-120. Otra opción (103 km), de cara a aquellos que deseen recorrer más kilómetros, trazar curvas o realizar paradas durante el recorrido, es desviarse por la BU-404 y continuar hasta Astudillo, para, a continuación, dirigirse hacia Frómista y, finalmente, entrar en Carrión de los Condes.

En tierras leonesas

Dejamos atrás la provincia palentina para entrar en la leonesa. Desde Carrión de los Condes, la autovía A-231 comunica este último municipio con el de Sahagún en unos 30 minutos. En plena Tierra de Campos, entre los ríos Esla y Valderaduey, la villa es uno de los puntos neurálgicos del Camino Francés y sorprende al visitante por un conjunto monumental de gran belleza.

Sahagún posee un rico patrimonio histórico-artístico en el que destaca el monasterio de San Benito –del que sólo se conservan su portada, la capilla de San Mancio y la torre del Reloj–, y ejemplos de la afamada arquitectura mudéjar leonesa: las iglesias de San Tirso y San Lorenzo, el santuario de la Peregrina, la ermita de la Virgen del Puente, etc.

Continuando por la A-231 hasta la N-630, esta última carretera enlaza con León, ciudad transitada por los peregrinos desde la Edad Media y con un sinfín de monumentos que visitar, desde la catedral de Santa María de Regla hasta la basílica de San Isidoro, el palacio de los Guzmanes, etc. Además, es sede del Museo de Arte Contemporáneo de Castilla y León (MUSAC) e invita a disfrutar de sus tapas gastronómicas en el barrio Húmedo. Y para pernoctar a cuerpo de rey, nada mejor que el Parador de San Marcos.

En la recta final del Camino Francés por Castilla y León, la ruta prosigue hasta Astorga, a 50 kilómetros de distancia de León por las carreteras LE-30, AP-71 y N-VI. El conjunto histórico de esta localidad está declarado Bien de Interés Cultural y de él cabe resaltar su catedral, el palacio episcopal –obra del reconocido arquitecto catalán Antoni Gaudí– o la muralla romana.

A partir de Astorga, el recorrido continúa por Foncebadón, Ponferrada, Villafranca del Bierzo, Trabadelo y La Laguna, último pueblo de la provincia de León y final de etapa del Camino Francés por tierras castellano-leonesas.

Gastronomía: manjares tradicionales

En su transitar por Castilla y León, el peregrino motero podrá disfrutar del patrimonio histórico y natural de esa zona de España. Y, además, podrá degustar su afamada gastronomía, en la que predomina una oferta culinaria popular y tradicional. Platos que, junto a los numerosos productos con denominación de calidad –quesos, chacinas, conservas, frutas, dulces, etc.– y a vinos de reconocido prestigio, permiten, sin duda, hacer más llevadera la ruta jacobea.

En el caso del Camino Francés, se caracteriza por especialidades como el lechazo asado, la morcilla de Burgos, la sopa de truchas, el bacalao al ajoarriero, el cocido maragato o el botillo del Bierzo. Suena bien, ¿verdad? ¡Qué aproveche y buenas curvas!

 


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