Publicado el 27/12/17
¿Has revisado tu moto? ¿Cuentas con el equipamiento adecuado? ¿Sabes cómo distribuir la carga? ¿Qué harías en caso de presenciar un accidente? Si vas a acudir a una concentraciones moteras invernales, te interesa leer el siguiente post.
Consejos para concentraciones invernales
Ha terminado por convertirse en una tradición más. Cada mes de enero, después de la visita de los Reyes Magos, miles de motoristas procedentes de diferentes puntos de la geografía española y de más allá de nuestras fronteras se dan cita en tierras de Castilla y León para participar en las concentraciones invernales que se celebran en ellas.
Durante varios días, el personal disfruta de un sinfín de actividades: rutas mototurísticas que permiten conocer el patrimonio cultural y la gastronomía de la zona, exhibiciones de “stunt”, conciertos musicales, sorteos de regalos, reconocimientos a pilotos por su trayectoria, etc. Y, cómo no, emotivos desfiles de banderas y antorchas en recuerdo de los motoristas que ya no se encuentran entre nosotros. Todo ello en un ambiente de respeto y solidaridad, dos valores que debe tener en cuenta todo motero que se precie de tal.
Si eres de los que lleva poco tiempo en el mundo de las dos ruedas y te has animado a “devorar” kilómetros para tomar parte en una concentración invernal, conviene que valores una serie de cuestiones con el objetivo de que tus desplazamientos en moto sean seguros. ¡Toma nota!
Mantenimiento y cobertura de Asistencia en Viaje
Antes de poner en práctica lo de “carretera y manta”, ¿has comprobado si tu compañera de aventuras se encuentra en perfecto estado de revista? Piensa que vas a recorrer centenares de kilómetros en unas jornadas caracterizadas por sus bajas temperaturas. Por lo tanto, si no deseas que tu moto te deje tirado y el fin de semana acabe convirtiéndose en una pesadilla, acude a un servicio oficial posventa o un taller de confianza para que sea revisada por profesionales.
En cuestión de mantenimiento, sobre todo en invierno, no te la juegues. Desde el estado y el nivel del aceite hasta los neumáticos, único nexo de unión entre la moto y el asfalto, los principales componentes del vehículo han de ser revisados y, si fuese necesario, reemplazados por otros nuevos.
Y si deseas viajar aún más seguro, recuerda que las garantías que incluye tu póliza de moto de AMV pueden ampliarse con la cobertura de Asistencia en Viaje. La misma te ahorrará dinero y disgustos, ya que, entre otras ventajas, te brinda asistencia desde el km. 0 y te facilita elegir el taller donde quieras que tu moto sea atendida.
Equipamiento, maletas y “top case”
Como se suele decir: lo bien hecho, bien parece. Y en el caso de los viajes, deben planificarse con suficiente antelación. Por ejemplo, ¿has reparado en el equipamiento que necesitarás para hacer frente a las condiciones meteorológicas que te puedes encontrar? Piensa que en algunos momentos el termómetro puede registrar valores negativos, que las heladas son habituales en enero y que, quién sabe, lo mismo hasta te sorprende la lluvia o una nevada… Desde el casco –a ser posible, integral o modular– hasta las botas, pasando por la ropa interior, no dejes nada al azar.
Además, tendrás que llevar contigo ropa limpia para cambiarte en el lugar de destino, objetos personales –multiplícalos por dos si vas a viajar con acompañante–, un botiquín y hasta la tienda de campaña si eres de los valientes que se atreve a dormir en la zona de acampada. ¿Has pensado cómo vas a cargar la moto? ¿Todavía no? Pues es importante que lo hagas, ya que deberás mover un peso extra y la distribución del equipaje puede llegar a alterar el comportamiento del vehículo.
Por cierto, ¿sabías los seguros de moto de AMV cubren tanto tu casco como el chaleco airbag? ¿Y que es posible ampliar las garantías de tu póliza con la cobertura de Equipamiento? Esta última es de gran utilidad, ya que, además de tu equipación, cubre accesorios.
Prepara la ruta y ¡en marcha!
Muy bien: tu moto ha sido revisada, cuentas con el equipamiento adecuado y has distribuido correctamente la carga. Pero antes de salir a la carretera debes haber descansado lo suficiente y planificado la ruta. Para ello, es aconsejable que te familiarices antes con el recorrido consultándolo en un mapa o por Internet. Y si decides llevarlo a cabo sirviéndote de un navegador, recuerda que está prohibido manipularlo en marcha –dicha infracción es castigada con la retirada de tres puntos del carnet de conducir–.
Una vez en ruta, no pretendas marcar la “pole position”. Eso déjalo para los pilotos profesionales. Tú vas camino de una concentración y con la sana intención de pasar un fin de semana inolvidable. “Tranqui”: prisas, las justas.
También has de ser respetuoso con la señalización, no superar los límites de velocidad y no “picarte” con otros conductores. Y si viajas con paquete o en grupo, es preciso que con anterioridad hayas establecido un código de comunicación con tu acompañante o la forma en que circulará la caravana durante el itinerario.
Y con el fin de evitar la fatiga al manillar, realiza paradas cada dos horas o 200 kilómetros. Aprovecha las mismas para estirar las piernas y los brazos, ir al baño y tomar un café o un consomé. Pero no ingieras comidas copiosas, ya que provocan somnolencia. En cuanto al alcohol y las drogas: tolerancia cero.
Por último, en el supuesto de presenciar un accidente de tráfico, sitúate en el arcén de la calzada, procura no ponerte nervioso y disponte a ayudar a los accidentados siguiendo el Protocolo PAS (Proteger, Avisar y Socorrer).
Poniendo en práctica estos consejos y el sentido común, llegarás a tu destino sano y salvo, recogerás la bolsa de bienvenida que se entrega a los inscritos y te lo pasarás en grande en la concentración en un magnífico ambiente de camaradería motera. Con un poco de frío, eso sí. Pero ya se sabe: sarna con gusto…