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¿Cómo mantener y equipar una moto en invierno?  


Publicado el 18/10/17

Durante las épocas más frías del año no tienes por qué renunciar a tu moto, pero, no te la juegues. Para hacer frente a las bajas temperaturas y la lluvia, es esencial que tu moto se encuentre en perfecto estado de revista y que no descuides tu equipamiento motero. Sigue leyendo para descubrir nuestros consejos sobre cómo ir en moto en invierno.

Mantenimiento en invierno de Moto

Aunque estemos pasando un otoño más cálido de lo habitual y España esté sufriendo la peor sequía de las últimas dos décadas, no tengas ninguna duda: bajarán las temperaturas y llegarán las lluvias, tan necesarias para elevar el nivel de nuestros pantanos y embalses pero siempre incómodas y peligrosas para quienes montamos en moto  en invierno.

Por eso, de cara a afrontar con las mayores garantías las épocas más frías del año y sus condiciones atmosféricas adversas, es esencial que no escatimemos en recursos económicos y prestemos especial atención tanto a la puesta a punto de nuestra moto como al equipamiento que utilicemos. Recuerda: ¡tu seguridad es lo primero!

Tu moto siempre a punto en invierno

Al igual que sucede ante la llegada de la primavera y el verano, sobre todo si vamos a “devorar” kilómetros con nuestra moto, la irrupción del otoño y del invierno nos obliga a visitar un servicio de posventa oficial o un taller de confianza para que revisen nuestro vehículo y lo dejen en perfecto estado. Aunque seas un “manitas”, no olvides que para realizar un correcto mantenimiento es preciso contar con material y herramientas específicos.

Estos son algunos de los puntos que revisarán para tener a punto tu moto en invierno:

Para empezar, los mecánicos se cerciorarán de que el motor de tu moto no presenta ninguna fuga y comprobarán los niveles tanto del líquido anticongelante –muy importante si vas a participar en alguna concentración motera invernal– como del aceite, que será sustituido en función de su estado o el kilometraje transcurrido desde el último cambio de lubricante.

En perfecta sintonía con el motor debe encontrarse la transmisión. En el caso de la cadena de la moto, es importante verificar el tensado, el engrase, la holgura entre eslabones, el piñón de ataque y corona, etc. Y también el nivel y estado del aceite en el supuesto de que la transmisión sea por cardán.

A continuación, revisarán a conciencia los neumáticos de la moto, único punto de unión entre la moto y el asfalto. De cara a las estaciones de otoño e invierno, y especialmente ante los días lluviosos, su conservación es vital. No olvides que la profundidad de las ranuras de la banda de rodadura no puede ser inferior a 1,6 milímetros. Si tus cubiertas se parecen a un “slick” de competición, sufrirás una caída en cuanto empiece a llover. Por el contrario, con un neumático en buen estado podrás hacer frente al temido “aquaplaning”.

Ya que nos hemos referido a la transmisión y los neumáticos, su vida útil puede ser inferior a la recomendada en caso de que el reglaje de las suspensiones no sea el correcto. Además, podría repercutir negativamente en el consumo de combustible y, lo que es peor, en el comportamiento de la moto.

Y junto a neumáticos y suspensiones, los frenos conforman el denominado “triángulo de la seguridad”. Con el fin de garantizar una frenada eficaz, en el taller se ocuparán de revisar el nivel y el estado del líquido de frenos, así como el desgaste de los discos y las pastillas.

Por último, la batería, los grupos ópticos y el resto de componentes de la moto también han de funcionar correctamente. En el caso de la primera, no utilizar con frecuencia el vehículo, realizar trayectos cortos y, sobre todo, las temperaturas extremas son factores que pueden provocar que nos deje tirados. Por ello, ha de comprobarse el estado de la carga de la batería antes de que el termómetro comience a congelarse.

Equipamiento de moto en invierno

Pero, como indicábamos al inicio del presente post, tan importante como contar con una moto en perfecto estado lo es equiparnos correctamente con accesorios y prendas especialmente concebidos para los motoristas.

En el caso del casco, los de tipo “jet” son más indicados para el verano. En otoño e invierno, lo más recomendable es utilizar modelos integrales o modulares. Y si presentan algún golpe o tienen muchos años, deberás pensar en cambiarlos. Porque, si no lo sabías, los cascos de moto tienen caducidad. Recuerda cambiarlo con la periodicidad indicada por el fabricante.

Asimismo, es altamente recomendable contar con una chaqueta o un tres cuartos y un pantalón con protecciones. Procura elegir modelos lo más impermeables posibles y que te aporten calor en los días más fríos. Para este último fin, asegúrate de que disponen de un forro térmico desmontable.

Igualmente, elige unos guantes de caña larga con aislante térmico, membrana transpirable, ajuste en la muñeca, cierre con velcro, etc. Y para completar tu equipamiento, no olvides adquirir unas botas que protejan los tobillos. En caso de reemplazarlas por calzado convencional, intenta que sea robusto, cerrado –para evitar filtraciones de agua– y, a ser posible, sin cordones.

Asimismo, es muy recomendable que dispongas de un chubasquero de dos piezas (chaqueta y pantalón). Actualmente, se comercializan conjuntos a precios muy asequibles que se guardan en pequeñas bolsas para facilitar que sean transportados en una guantera del scooter, bajo el asiento, en una mochila, etc.

Para finalizar, asegúrate de adquirir tu equipamiento en establecimientos especializados y que el artículo que selecciones esté homologado. Y no menos relevante: elige cascos de colores llamativos y prendas con inserciones reflectantes para ser más visible al resto de usuarios de las vías públicas. ¡Así reforzarás tu seguridad!

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*Consultar condiciones de la compañía.